Caficultores recogiendo cerezas de café

El sacrilegio de añadir azúcar al café

Voulez-vous un peu de sucre ? — ¡Ni se te ocurra!

Bien, hagamos una pausa aquí porque hay algo que debemos discutir seriamente: ¿Azúcar en tu café? ¿En serio? Vamos, necesitamos hablar. Aquí está – de una manera irónica y con una pizca de sarcasmo.

Double Espresso en Simona Coffee Club
Latte Art, two cups of flat white with oat milk

Añadir azúcar al café es un poco como decirle a Leonardo da Vinci que su Mona Lisa necesita un poco más de pintura. Es como ir a París y pedir pizza en vez de croissants. Vamos, el café de especialidad es una obra de arte, y añadirle azúcar es tapar todo el esfuerzo que fue hacerte esa bebida.

¿Por qué no hay un poco de respeto al proceso meticuloso que llevó a cabo el caficultor, el tostador, y el barista?

Añadir azúcar no es un placer culpable, es solo culpable. Los sabores complejos, las notas de frutas y chocolate, las sutiles pistas florales… todo ello desaparece bajo una montaña de dulzura.

Entonces, ¿te gusta tirarle azúcar a tu café?

Bien, también debes disfrutar cubrir un steak de Wagyu con kétchup. Cierto, ¿verdad? No lo creo. Entonces, por favor, saborea tu café como debe ser.

¡La vida es demasiado corta para estropear una taza de café perfecto!